Los funcionarios con espolones, , los hay de todo tipo, pero los hay de reciente ingreso que son anticaza declarados, y de algunos agentes medioambientales, sólo hay que entrar en sus foros para ver lo bien que les caemos. Nada que ver con lo de hace unos lustros. Más preocupados por sus condiciones de trabajo, sus coches, su vestuario o sus retribuciones y dietas en campaña de incendios -sobre todo los educados en la generación Disney- que de entender la caza. El problema es que a los niveles de responsabilidad funcionarial se llega por el dedazo del político, y ya sabemos del lado de quién están los de la casta. Los frentes en nuestra contra son varios, a mi modesto entender: responsabilidades por daños -tanto por accidentes como agrícolas o ganaderos- insostenibles; sentencias como ésta; legislaciones cada vez más restrictivas; y la fundamental que es el sistema educativo y la influencia de los medios sobre nuestros jóvenes contra la caza. Subsistir en estos momentos ya es un logro. Siento ser tan pesimista, pero lo tenemos crudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario