SOCIEDAD DE CAZADORES.
ESTA PAGINA ESTA ORIENTADA PARA LOS PROFESIONALES Y AFICIONADOS EN LA PASIÓN DEL MUNDO DE LA CAZA
Vistas de página en total
miércoles, 5 de agosto de 2015
TEMPORADA DE CAZA 2015-16
Hoy la caza es una actividad en unos casos sólo lúdica; y en otros, además, económica. Pero desde los primeros tiempos, y hasta hace relativamente poco, se cazó exclusivamente para sobrevivir. De forma que la actual pasión por la caza que muchos sentimos es en realidad un impulso heredado, proviene de un instinto de supervivencia fuerte y necesariamente arraigado en nuestros genes. Evidentemente, como todas las pasiones heredadas, resulta difícil de explicar.
He observado que para llevar adelante este proyecto era fundamental crear lo que ahora viene a llamarse I+D (Investigación y desarrollo)
Una seguida experimentación y renovación del sistema de producción de nuestras perdices, con resultados gratificantes, han marcado el camino para alcanzar nuestro objetivo: una perdiz fuerte, de calidad en fenotipo y genotipo de nuestra insustituible perdiz roja. Todo un reto gracias a mucho esfuerzo y dedicación de nuestro equipo de profesionales, a la vez de una fuerte inversión empresarial.
Es por todo ello que os invito a desarrollar un proyecto ambicioso, riguroso y con el modelo a seguir durante una década.
GRACIAS POR CONFIAR EN FAISA D’OR..
Gerente
Juan Saavedra
jueves, 14 de mayo de 2015
sábado, 2 de mayo de 2015
lunes, 30 de marzo de 2015
AUTORIZACION DE PERDICES COTO FAISA D'OR
DIRECCCION GENERAL MEDIO NATURAL Y BIODIVERSIDAD
RESOLUCION
Autorizar excepcional mente, las sueltas de perdices hasta el 30 de abril 2015, en las áreas de caza intensiva
G 10301 COTO FAISA D'OR
B 10411 COTO LOS MOLINOS
BARCELONA 27 de Marzo 2015
miércoles, 4 de marzo de 2015
4.600 perdices cazadas por el Caudillo
Cincuenta y cinco años más tarde, el escritor Andrés Trapiello encontró las imágenes inéditas del evento, del fotógrafo Eduardo Matos.
"La caza empezó en tiempos inmemoriales siendo privilegio de reyes, señores y caballeros. Lo que separaba a los ricos de los pobres, a los poderosos de los humildes. Símbolo de poder. Cervantes hace que Don Quijote conozca a los personajes más antipáticos de su libro, los duques, estando estos cazando con halcones. Las armas de fuego introdujeron en la guerra, en opinión de Cervantes, y en la caza, algo que envilecía. Las circunstancias y sus protagonistas, Franco y su corte, convirtieron esta cacería en un ejercicio de villanos, con su toque megalómano y esperpéntico.
Hay infinitas maneras de contar una historia, pero para esta solo se le ocurren a uno dos y media: empezando por el principio, empezando por el final y, la media, empezando por la mitad.
La primera arranca una fría mañana de octubre de 1959, y la otra, una fría mañana en el Rastro madrileño de hace unas semanas; la media, de hace cuatro o cinco años, empezaría con una portada del periódico El Mundo.
Seguramente lo más natural en este caso sea empezar por el final.
Va uno al Rastro buscando aquello que Walter Benjamin definió como las rebabas de la historia, hechos y deshechos, objetos, obras, papeles que quedaron a trasmano, rotos o abandonados, y que acaso por ello, por haberse mantenido a salvo de la sobreexposición, muestran más claramente que otros la verdadera naturaleza de lo sucedido. Si como decía Benjamin la cultura está constituida por documentos de barbarie, no hay nada, por pequeño que parezca, que no sea la prueba de un crimen.
Estas fotos aparecieron en noviembre pasado en un montón, entre otras 100 o 200 de escaso interés, procedente cada una quién sabe de dónde. En todo caso, salvadas de casualidad.
"Como se caiga el fotógrafo y se mate, lo tendremos que poner entre las perdices", bromeó el general Franco durante la cacería
En el Rastro todo es azaroso y se dirime en segundos. La gente ve algo y sabe, sobre todo a primera hora, cuando aquello está lleno de anticuarios, coleccionistas, ganguistas, frikis, revendedores, que ha de decidir muy rápido. Son verdaderos instantes decisivos, en los que quien vende y quien compra, vende y compra a menudo a ciegas, por instinto, sin conocer el valor exacto de las cosas. Es falso que los que venden en el Rastro sepan latín, pero también es falso que lo sepan quienes compran. El instinto, no obstante, tiene su lengua propia y habla por impulsos y en voz baja. Es lo que se conoce como "corazonada". Una corazonada le dijo a uno que aquellas fotos eran "algo".
Al llegar a casa, Internet hizo su trabajo: "Cacerías. Franco". Una de las primeras entradas llevaba a "El día que Franco mató 4.601 perdices", un artículo que firmó Jaime Peñafiel en 2010. Apoyaba a cinco columnas en la portada de El Mundo la gran exclusiva: una foto "inédita" en la que se ve a Franco orondo y rodeado de perdices y del tamaño él mismo de una perdiz. Tiempo después, Periodista Digital echaba por tierra la exclusiva: la foto se había publicado 12 años antes en el libro, ya agotado, que la Diputación de Ciudad Real había dedicado a su autor, el fotógrafo Eduardo Matos.
Matos, 1904-1995. Le retrató el gran Bagaría; perdió un ojo antes de la guerra, lo que no le impidió ser fotógrafo, y de haberse quedado en Barcelona el 18 de julio de 1936, hubiera perdido la vida: a su padre lo asesinaron un día después. Buscó una ciudad donde no le conociera nadie. No están claras las razones de su elección, Ciudad Real, ni cómo él, un hombre conservador y muy religioso, logró sobrevivir allí durante la guerra y sortear después las depuraciones. Pero lo cierto es que ya en la posguerra acabó haciéndose una reputación y contó con el respeto de las fuerzas vivas.
Los autores del libro, José González Ortiz y José López de la Franca, cuentan la historia de las cuatro fotos que reproducen en él, entre las que no están muchas de las del Rastro. Tampoco la más importante, que se publica ahora: "18 de octubre de 1959. Una mañana temprano, Matos recibió la llamada de teléfono del gobernador civil Utrera Molina: 'Señor Matos, dentro de una hora y media pasará a recogerlo un coche oficial del parque móvil y le llevará a un lugar para que usted haga unas fotos de Su Excelencia el Jefe del Estado. Vaya preparado y guarde discreción absoluta'. Una hora y media más tarde, un vehículo lo recoge de su casa y lo conduce hasta el término municipal de Santa Cruz de Mudela, en la Encomienda de Mudela (Ciudad Real), donde Franco estaba llevando a cabo una de la mayores cacerías de su vida y deseaba tener recuerdo gráfico de las 4.608 perdices (al parecer todo un récord) que habían abatido. Matos fue ayudado a subir a una escalera desde donde dominar toda la escena; el Caudillo, al verlo, bromeó con él, diciendo: '¡Como se caiga el fotógrafo y se mate, lo tendremos que poner entre las perdices!'.
Matos, que declinó la posibilidad de saludar a Franco, regresó a Ciudad Real en el coche del gobernador, acompañado de dos policías y dos motoristas. En el laboratorio de su casa positivó el trabajo en presencia de los citados policías; de los positivos que le requisaron hizo dos copias, una para la Casa Civil de Franco y otra para él, siendo advertido que sus fotografías no podían salir del país ni publicarse en ningún medio. Aquellos negativos fueron posteriormente recuperados por Matos en 1983, en el Ministerio del Interior, donde se conservaban".
La versión que cuenta Peñafiel es sustancialmente la misma (aunque sin el comentario de Franco y añadiendo que Matos recuperó las fotos a través de Tierno Galván, en 1986, y alguna consideración sobre la patología venatoria de Franco), con la lista de los que se hallaron presentes en aquella cacería. Cita al teniente general Francisco Franco Salgado-Araujo, jefe de su Casa Militar: "La parte más débil de Franco resultó ser su desmedida afición a la caza. Se le adulaba por esto y se le facilitaba satisfacer su afición". La escopeta nacional, de Berlanga, da cuenta del rito: tráfico de influencias, informaciones privilegiadas, negocios, negociazos y chanchullos... Los santos inocentes, de Delibes, lo hace del fondo miserable del señorito cazador. Y la lista de Santa Cruz de Mudela: José Utrera Molina; Aurelio Segovia Mora-Figueroa; José Ramón Mora Figueroa; José María Sanchiz Sancho; Fernando Finat, marqués de las Almenas; Dolores Sainz Aguirre, señora de Aznar; Cristóbal Martínez Bordiú y Carmen Franco, marqueses de Villaverde; Carmen Polo; Franco; Mateo Sánchez; conde de Caralt; Fernando Terry; Cirilo Cánovas, ministro de Agricultura, y señora de Cánovas; conde de Teba; Fernando Fuertes de Villavicencio, y Vicente Gil, médico de Franco.
martes, 3 de marzo de 2015
La conservación de la biodiversidad es una actividad compleja y cara. Así lo ha puesto de manifiesto un reciente estudio publicado en la revista "Science"
En el estudio se indica que los fondos para conservar la biodiversidad mundial tendrán que aumentar si los gobiernos quieren cumplir con sus obligaciones de conservación para el 2020. De esta forma, para reducir el riesgo de extinción de todas las especies bajo amenaza habría que invertir unos 4.670 millones de dólares cada año. Si se establecen y mantienen áreas protegidas, la cifra se elevaría hasta los 76.100 millones de dólares anuales.
No hay proyectos relacionados con la conservación de las especies cinegéticas, a pesar de su condición de presas naturales de muchas de las especies en peligro
Los participantes en la Convención sobre Diversidad Biológica estuvieron de acuerdo en cuanto a las metas estratégicas de conservación que habría que alcanzar para el 2020; sin embargo, ha habido poca información sobre cuánto costaría alcanzar estas metas. Los investigadores esperan que esta información, estimada a partir de datos recogidos para especies de aves bajo riesgo de extinción, ayuden a los gobiernos a diseñar un plan financiero para alcanzar sus metas de 2020.
Sin embargo, la situación económica mundial no ayuda mucho. En el caso español, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha destinado en 2012 sólo unos 900.000 euros para impulsar proyectos y actividades que fomenten la biodiversidad, el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático, en el marco de la primera resolución de la convocatoria de concesión de ayudas de la Fundación Biodiversidad.
Según el Ministerio, las acciones beneficiarias de las ayudas han sido aquellos proyectos y actividades que se integran en las Líneas y Programas de Actuación del Plan de Estratégico del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad 2011-2017. Un total 22 proyectos seleccionados en primera convocatoria de más de 750 presentados. Los proyectos aprobados inicialmente se centran en la protección de especies como el oso pardo cantábrico, el alcaudón chico, el topillo de cabrera o la cerceta pardilla. También se han aprobado iniciativas para incidir en distintos tipos de ecosistemas, incluidos bosques y humedales, así como para estudiar la valoración económica de los servicios que prestan los ecosistemas.
Otros proyectos que se impulsarán se centran en la reducción de emisiones para luchar contra el cambio climático, así como en el cálculo de la huella de carbono o en actuaciones vinculadas a sectores específicos como el residencial o la acuicultura. Por lo que conocemos, ningún proyecto relacionado con la conservación de las especies cinegéticas, cuando en su condición de presas naturales de muchas de las especies en peligro, con el fomento de las primeras se conseguiría la conservación de las segundas. Está muy bien hablar de pérdida de calidad de los hábitats, de prácticas agrícolas incompatibles, aprovechamientos cinegéticos inadecuados y otro largo etcétera de motivos, pero llegó el momento de actuar. De no ser así, nos tendremos que ir acostumbrando a situaciones como la vivida en la temporada 2012/2013, una de las que ha registrado una menor abundancia de especies de caza menor en las últimas décadas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)